Información sobre la ciudad Ancash
Áncash o Ancash es uno de los veinticuatro departamentos que conforman la República del Perú. Su capital es Huaraz y su ciudad más poblada, Chimbote. Está ubicado al oeste del país, limitando al norte con La Libertad, al este con Huánuco, al sur con Lima y al oeste con el océano Pacífico. Con 29,6 hab/km² es el octavo departamento más densamente poblado, por detrás de Lima, Lambayeque, La Libertad, Piura, Tumbes, Cajamarca e Ica. Se fundó el 12 de junio de 1835.
Se divide administrativamente en veinte provincias: Aija, Antonio Raimondi, Asunción, Bolognesi, Carhuaz, Carlos Fermín Fitzcarrald, Casma, Corongo, Huaraz, Huari, Huarmey, Huaylas, Mariscal Luzuriaga, Ocros, Pallasca, Pomabamba, Recuay, Santa, Sihuas, y Yungay. Su capital es Huaraz, siendo sede del Gobierno Regional de Áncash y de una de las tres cortes superiores de justicia de Áncash.
En el plano geográfico, dentro del departamento se diferencian claramente dos tipos de paisajes: la llanura costera árida, que domina toda la zona occidental de la región con un ancho máximo promedio de 15 km, y las zonas montañosas, que ocupan 72 % del territorio departamental y que comprende a los accidentes geográficos de las cordilleras Blanca, Negra, Huallanca, Huayhuash, la Sierra Oriental de Áncash y el Cañón del Marañón, zonas que en conjunto poseen 20 picos por encima de los 6.000 msnm. Estos accidentes geográficos dan origen a ríos muy importantes como el Santa y el Pativilca que desembocan en el océano Pacífico, y el Marañón, afluente del Amazonas que avena en el Atlántico.
La historia de Áncash está vinculada a las manifestaciones culturales más tempranas del Antiguo Perú, desde el desarrollo de los trabajos en piedra del Arcaico hacia el siglo XIII a. C., con el hombre de la Cueva del Guitarrero. Recibe la influencia de la civilización Caral-Supe; en su territorio, donde confluyen caminos a la selva, costa y sierra, surgió y se desarrolló la cultura Chavín, que posteriormente influyó en las culturas recuay y wari. Ya en la segunda mitad del siglo XV fue integrado al Tahuantinsuyo hasta la llegada de los colonizadores españoles que aprovecharon su gran potencial minero y marítimo por más de 300 años. Hoy en día estas actividades económicas continúan siendo el eje de crecimiento de la región pero enmarcadas dentro de una conformación socio-económica más amplia donde la clase media aún incipiente es el principal agente de crecimiento.
Áncash cuenta con un rico patrimonio histórico y natural, entre los que destacan: los yacimientos arqueológicos preíncas de Chavín de Huantar (Patrimonio de la Humanidad) y Sechín, y un tramo bien conservado de 50 km del Camino Inca (Patrimonio de la Humanidad). También posee 340.000 hectáreas dedicadas a espacios naturales protegidos en el Parque Nacional Huascarán (Patrimonio de la Humanidad) y la Zona Reservada de la Cordillera de Huayhuash y el yacimiento paleontológico de Yanashallash, ubicadas en la sierra departamental.
El departamento es la sexta economía del país por aportar al Valor Agregado Bruto nacional un 3,5 %. La importancia relativa de la región en el país es mayor en el caso de los sectores minero, pesquero y manufactura. El 47,8 % de la población empleada labora en el sector terciario, seguido del 37 %en el sector primario, y el 15,2 % restante en el sector secundario.
Información sobre la ciudad Catacaos
El Distrito peruano de Catacaos es uno de los diez distritos que conforman la Provincia de Piura, en el Departamento de Piura, bajo la administración del Gobierno regional de Piura, en la costa norte del Perú. Limita por el norte con los distritos de Piura y Castilla; por el sur con los distritos de La Arena y Cura Mori y con la provincia de Sechura; por el este con las provincias de Morropón y Lambayeque; y, por el oeste con la Provincia de Paita.
Desde el punto de vista de la jerarquía de la Iglesia Católica, forma parte de la Arquidiócesis de Piura.
El clima en Catacaos, como en todo el bajo Piura, es caluroso la mayor parte del año; la temperatura varia entre 16ª C como mínimo y 35ª C como máximo. Las mínimas se presentan en el periodo de invierno y las máximas entre enero y marzo, donde puede alcanzarse valores de 37ª C. La zona seca y presenta lluvias variables que cuando ocurren, entre enero y marzo, alcanzan condiciones extremas durante la presencia recurrente del Fenómeno “El Niño” – FEN. La humedad relativa en la ciudad de Catacaos es de 66% como promedio anual, aumenta en los meses denominados fríos y disminuye en el verano.
Situado a 12 kilómetros de la ciudad de Piura, es el rincón más tradicional del departamento por su festividad religiosa de la Semana Santa, por las costumbres de sus habitantes, sus chicherías, sus comidas, sus indias pollerudas, su industria de sombreros de paja, su áurea orfebrería y su alegría. Es además, la fuente obligada de los piuranos. Bajo la bandera blanca de sus chicherías, aplaca el rigor de las horas aceradas y bullentes del mediodía así como el de las horas plateadas de la tarde.
Catacaos levanta sus casas modestas y sus chozas de caña de guayaquil y de pájaro bobo, sobre los terrenos del año 1645 obsequió a los indígenas de la región Don Juan de Mori Alvarado, Vicario de la parroquia. Su vida transcurrió como la del resto de los pobladores piuranos, en el medio del silencio, sin protagonizar acontecimientos trascendentes. Es a principios de este siglo que Catacaos toma importancia, con su producto de sombreros de paja de toquilla.
Sus sombreros se exportaban a Alemania. La fibra de los sombreros tejió fortunas. Ahora esta artesanía se encuentra en declive, pero con posibilidades de un futuro mejor.
Catacaos es también la tierra de las chicherías, en cuyas puertas se levantan las banderas blancas que anuncian la chicha fresca, espumante y generosa. Sobre el suelo de tierra de la chichería se amontonan los cántaros de simbilá, con su espirituoso contenido. Sobre las mesas rústicas de madera, se llenan los potos –calabazas pulidas y vacías- que levantan la espuma del claro y del destilado. Y en torno a los cántaros pequeños, -“chirihuacos”- y el poto que debe llenarse cuando se encuentra bien seco, para que la chicha levante su espuma sedosa y fresca, se sientan los piuranos a calmar su sed. Allí se pasan el poto de mano en mano y de boca en boca, los “blancos” piuranos que humedecen sus paladares con la bebida del indio.
Cada año miles de turistas recorren la calle Comercio para adquirir joyas, sombreros y otras artesanías propias de la región.