Información sobre la ciudad Chincha
Chincha Alta es una ciudad de la costa sur-central del Perú, capital de la Provincia de Chincha (Departamento de Ica), en la cuenca del río San Juan, a 200 kilómetros al sur de Lima. Tiene una superficie de 238,34 km². Usualmente es referida simplemente como Chincha.
La ciudad de Chincha Alta según el Instituto Nacional de Estadística e Informática es la decimoquinta ciudad más poblada del Perú y cuenta una población estimada de 177 219 habitantes para el año 2015.
De conformidad con el X Censo Nacional de Población y V de Vivienda realizado en 2005 por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la población de Chincha Alta (distrito) asciende a 56 085 habitantes, de los cuales 27 364 habitantes (48,79%) son hombres y 28 721 habitantes (51,21%) son mujeres. La tasa de crecimiento anual es de 1,1% y la densidad poblacional es de 217,09 habitantes/km².
La edad quinquenal más alta corresponde al rango de 10-14 años, con un 10,25% y la más baja al rango comprendido entre 95-99 años con un 0,08%. La población alfabeta, asciende a 49 348 habitantes, lo que representa el 93,07% contra los analfabetos que ascienden a 3672 habitantes o el 6,93%. El nivel educativo más alto alcanzado corresponde al de secundaria completa con un 22,93% y el más bajo a educación inicial con un 2,72% chinchano.
El total de viviendas censadas en Chincha Alta es de 12 257.
Información sobre la ciudad Catacaos
El Distrito peruano de Catacaos es uno de los diez distritos que conforman la Provincia de Piura, en el Departamento de Piura, bajo la administración del Gobierno regional de Piura, en la costa norte del Perú. Limita por el norte con los distritos de Piura y Castilla; por el sur con los distritos de La Arena y Cura Mori y con la provincia de Sechura; por el este con las provincias de Morropón y Lambayeque; y, por el oeste con la Provincia de Paita.
Desde el punto de vista de la jerarquía de la Iglesia Católica, forma parte de la Arquidiócesis de Piura.
El clima en Catacaos, como en todo el bajo Piura, es caluroso la mayor parte del año; la temperatura varia entre 16ª C como mínimo y 35ª C como máximo. Las mínimas se presentan en el periodo de invierno y las máximas entre enero y marzo, donde puede alcanzarse valores de 37ª C. La zona seca y presenta lluvias variables que cuando ocurren, entre enero y marzo, alcanzan condiciones extremas durante la presencia recurrente del Fenómeno “El Niño” – FEN. La humedad relativa en la ciudad de Catacaos es de 66% como promedio anual, aumenta en los meses denominados fríos y disminuye en el verano.
Situado a 12 kilómetros de la ciudad de Piura, es el rincón más tradicional del departamento por su festividad religiosa de la Semana Santa, por las costumbres de sus habitantes, sus chicherías, sus comidas, sus indias pollerudas, su industria de sombreros de paja, su áurea orfebrería y su alegría. Es además, la fuente obligada de los piuranos. Bajo la bandera blanca de sus chicherías, aplaca el rigor de las horas aceradas y bullentes del mediodía así como el de las horas plateadas de la tarde.
Catacaos levanta sus casas modestas y sus chozas de caña de guayaquil y de pájaro bobo, sobre los terrenos del año 1645 obsequió a los indígenas de la región Don Juan de Mori Alvarado, Vicario de la parroquia. Su vida transcurrió como la del resto de los pobladores piuranos, en el medio del silencio, sin protagonizar acontecimientos trascendentes. Es a principios de este siglo que Catacaos toma importancia, con su producto de sombreros de paja de toquilla.
Sus sombreros se exportaban a Alemania. La fibra de los sombreros tejió fortunas. Ahora esta artesanía se encuentra en declive, pero con posibilidades de un futuro mejor.
Catacaos es también la tierra de las chicherías, en cuyas puertas se levantan las banderas blancas que anuncian la chicha fresca, espumante y generosa. Sobre el suelo de tierra de la chichería se amontonan los cántaros de simbilá, con su espirituoso contenido. Sobre las mesas rústicas de madera, se llenan los potos –calabazas pulidas y vacías- que levantan la espuma del claro y del destilado. Y en torno a los cántaros pequeños, -“chirihuacos”- y el poto que debe llenarse cuando se encuentra bien seco, para que la chicha levante su espuma sedosa y fresca, se sientan los piuranos a calmar su sed. Allí se pasan el poto de mano en mano y de boca en boca, los “blancos” piuranos que humedecen sus paladares con la bebida del indio.
Cada año miles de turistas recorren la calle Comercio para adquirir joyas, sombreros y otras artesanías propias de la región.