Información sobre la ciudad Guadalupe
Guadalupe es una ciudad de la costa norte del Perú ubicada en la provincia de Pacasmayo, en el región La Libertad. La ciudad está enclavada en el corazón del valle del Jequetepeque, el nombre de este distrito se relaciona al de su santa patrona Nuestra Señora de Guadalupe.
Es una localidad de la costa norte peruana ubicada en el distrito de Guadalupe, provincia de Pacasmayo, de la Región La Libertad. La ciudad forma parte del valle agrícola de Jequetepeque. Cuenta con una población estimada de 43 356 habitantes para el año 2015.
Se encuentra en la costa norte peruana ubicada a unos a 120 km al norte de la ciudad de Trujillo, a unas 2 horas de viaje en autobús. Es una ciudad cálida en el valle del río Jequetepeque de la Región La Libertad, uno de los mayores productores de arroz en el país.
Ciudad Costeña, se encuentra en la costa norte del Perú, a 692 km de Lima, a 10 horas en autobús; ciudad cálida, de unos 43,310 habitantes. Su gente bonachona, propia de los pueblos norteños, de trato familiar y suelto, hacen sentir al visitante como si fuera viejo compueblano. Descansa a una altura de 92 msnm, sobre las coordenadas 7˚ 14’ 30” S 79˚ 28’ 06” O, abarcando un área aproximada de 243km². Por el norte limita con Pueblo Nuevo y Pacanga; por el sur, con San José y Jequetepeque; por el Este, con Chepén y Contumazá; y por el Oeste con el Océano Pacífico.
Actualmente se encuentra en disputa por límites territoriales con el distrito de Pueblo Nuevo (provincia de Chepén)
Información sobre la ciudad Catacaos
El Distrito peruano de Catacaos es uno de los diez distritos que conforman la Provincia de Piura, en el Departamento de Piura, bajo la administración del Gobierno regional de Piura, en la costa norte del Perú. Limita por el norte con los distritos de Piura y Castilla; por el sur con los distritos de La Arena y Cura Mori y con la provincia de Sechura; por el este con las provincias de Morropón y Lambayeque; y, por el oeste con la Provincia de Paita.
Desde el punto de vista de la jerarquía de la Iglesia Católica, forma parte de la Arquidiócesis de Piura.
El clima en Catacaos, como en todo el bajo Piura, es caluroso la mayor parte del año; la temperatura varia entre 16ª C como mínimo y 35ª C como máximo. Las mínimas se presentan en el periodo de invierno y las máximas entre enero y marzo, donde puede alcanzarse valores de 37ª C. La zona seca y presenta lluvias variables que cuando ocurren, entre enero y marzo, alcanzan condiciones extremas durante la presencia recurrente del Fenómeno “El Niño” – FEN. La humedad relativa en la ciudad de Catacaos es de 66% como promedio anual, aumenta en los meses denominados fríos y disminuye en el verano.
Situado a 12 kilómetros de la ciudad de Piura, es el rincón más tradicional del departamento por su festividad religiosa de la Semana Santa, por las costumbres de sus habitantes, sus chicherías, sus comidas, sus indias pollerudas, su industria de sombreros de paja, su áurea orfebrería y su alegría. Es además, la fuente obligada de los piuranos. Bajo la bandera blanca de sus chicherías, aplaca el rigor de las horas aceradas y bullentes del mediodía así como el de las horas plateadas de la tarde.
Catacaos levanta sus casas modestas y sus chozas de caña de guayaquil y de pájaro bobo, sobre los terrenos del año 1645 obsequió a los indígenas de la región Don Juan de Mori Alvarado, Vicario de la parroquia. Su vida transcurrió como la del resto de los pobladores piuranos, en el medio del silencio, sin protagonizar acontecimientos trascendentes. Es a principios de este siglo que Catacaos toma importancia, con su producto de sombreros de paja de toquilla.
Sus sombreros se exportaban a Alemania. La fibra de los sombreros tejió fortunas. Ahora esta artesanía se encuentra en declive, pero con posibilidades de un futuro mejor.
Catacaos es también la tierra de las chicherías, en cuyas puertas se levantan las banderas blancas que anuncian la chicha fresca, espumante y generosa. Sobre el suelo de tierra de la chichería se amontonan los cántaros de simbilá, con su espirituoso contenido. Sobre las mesas rústicas de madera, se llenan los potos –calabazas pulidas y vacías- que levantan la espuma del claro y del destilado. Y en torno a los cántaros pequeños, -“chirihuacos”- y el poto que debe llenarse cuando se encuentra bien seco, para que la chicha levante su espuma sedosa y fresca, se sientan los piuranos a calmar su sed. Allí se pasan el poto de mano en mano y de boca en boca, los “blancos” piuranos que humedecen sus paladares con la bebida del indio.
Cada año miles de turistas recorren la calle Comercio para adquirir joyas, sombreros y otras artesanías propias de la región.