Información sobre la ciudad Tarma
Tarma es una ciudad del centro del Perú, capital de la homónima provincia andino-amazónica en el departamento de Junín. Tiene una población estimada de 42 209 habitantes para el año 2015. Se encuentra a una altitud de 3048 msnm
La ciudad de Tarma se encuentra en el centro de la provincia de Tarma, departamento de Junín, a aproximadamente 230 km al este de la ciudad de Lima. Está situada a 3.050 msnm en el Valle de Tarma —formado por el río del mismo nombre— en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes. Forma parte de la cuenca hidrográfica regional del río Perené. Se encuentra en la Región Quechua, con clima templado. La temperatura media fluctúa entre los 12 °C y 23 °C. Según Wladimir Köppen sería un clima Cwb. En los meses de diciembre a febrero aumenta levemente el nivel de nubosidad, hay más precipitación y la temperatura diaria fluctúa menos. El resto del año es caracterizado por noches frescas y días muy soleados. El Valle de Tarma es famoso por su paisaje cultural, con amplias plantaciones de flores y hierbas aromáticas, por lo que es llamado Valle de las flores. Junto con las Provincias de Junín y Yauli forma parte de la nueva Mancomunidad Altoandina, basada en la Ley Nº 29029. Su ubicación estratégica la consolida como el punto de nexo entre la costa central (departamentos de Lima e Ica), las provincias andinas del centro (departamentos de Junín, Pasco y Huánuco) y la Selva central (provincias de Chanchamayo, Oxapampa, Satipo y Ucayali con dirección al territorio de Brasil). La guía de viajes Lonely Planet recomienda Tarma como base turística para visitar la zona centro desde Huánuco hasta Huancayo y hacia Oxapampa. El geógrafo italiano Antonio Raimondi la llamó Perla de los Andes.
Información sobre la ciudad Catacaos
El Distrito peruano de Catacaos es uno de los diez distritos que conforman la Provincia de Piura, en el Departamento de Piura, bajo la administración del Gobierno regional de Piura, en la costa norte del Perú. Limita por el norte con los distritos de Piura y Castilla; por el sur con los distritos de La Arena y Cura Mori y con la provincia de Sechura; por el este con las provincias de Morropón y Lambayeque; y, por el oeste con la Provincia de Paita.
Desde el punto de vista de la jerarquía de la Iglesia Católica, forma parte de la Arquidiócesis de Piura.
El clima en Catacaos, como en todo el bajo Piura, es caluroso la mayor parte del año; la temperatura varia entre 16ª C como mínimo y 35ª C como máximo. Las mínimas se presentan en el periodo de invierno y las máximas entre enero y marzo, donde puede alcanzarse valores de 37ª C. La zona seca y presenta lluvias variables que cuando ocurren, entre enero y marzo, alcanzan condiciones extremas durante la presencia recurrente del Fenómeno “El Niño” – FEN. La humedad relativa en la ciudad de Catacaos es de 66% como promedio anual, aumenta en los meses denominados fríos y disminuye en el verano.
Situado a 12 kilómetros de la ciudad de Piura, es el rincón más tradicional del departamento por su festividad religiosa de la Semana Santa, por las costumbres de sus habitantes, sus chicherías, sus comidas, sus indias pollerudas, su industria de sombreros de paja, su áurea orfebrería y su alegría. Es además, la fuente obligada de los piuranos. Bajo la bandera blanca de sus chicherías, aplaca el rigor de las horas aceradas y bullentes del mediodía así como el de las horas plateadas de la tarde.
Catacaos levanta sus casas modestas y sus chozas de caña de guayaquil y de pájaro bobo, sobre los terrenos del año 1645 obsequió a los indígenas de la región Don Juan de Mori Alvarado, Vicario de la parroquia. Su vida transcurrió como la del resto de los pobladores piuranos, en el medio del silencio, sin protagonizar acontecimientos trascendentes. Es a principios de este siglo que Catacaos toma importancia, con su producto de sombreros de paja de toquilla.
Sus sombreros se exportaban a Alemania. La fibra de los sombreros tejió fortunas. Ahora esta artesanía se encuentra en declive, pero con posibilidades de un futuro mejor.
Catacaos es también la tierra de las chicherías, en cuyas puertas se levantan las banderas blancas que anuncian la chicha fresca, espumante y generosa. Sobre el suelo de tierra de la chichería se amontonan los cántaros de simbilá, con su espirituoso contenido. Sobre las mesas rústicas de madera, se llenan los potos –calabazas pulidas y vacías- que levantan la espuma del claro y del destilado. Y en torno a los cántaros pequeños, -“chirihuacos”- y el poto que debe llenarse cuando se encuentra bien seco, para que la chicha levante su espuma sedosa y fresca, se sientan los piuranos a calmar su sed. Allí se pasan el poto de mano en mano y de boca en boca, los “blancos” piuranos que humedecen sus paladares con la bebida del indio.
Cada año miles de turistas recorren la calle Comercio para adquirir joyas, sombreros y otras artesanías propias de la región.